En cada edición de La Voz Argentina, las emociones se multiplican. Los sueños, las historias de vida y los desafíos musicales son protagonistas. Y si bien los coaches se llevan gran parte de la atención, hay quienes logran destacarse desde un lugar más sutil, pero igual de estratégico. Ese es el caso de Nico Occhiato, su gran conductor.
Acompañando desde backstage a cada uno de los participantes y sus respectivas familias, Nico se volvió tendencia en las últimas semanas por una frase que repite una y otra vez en pleno vivo: “Le está gustando a Miranda”. Lejos de ser algo espontáneo o inocente, ese latiguillo tiene una razón muy pensada detrás.
Fue Marina Calabró quien se animó a poner en palabras lo que muchos espectadores intuían. A través de su columna en Lape Club Social Informativo, la periodista explicó cuál es la estrategia de Occhiato en La Voz: “Él no da puntada sin hilo, es más vivo que el hambre y no es que no tenga recursos. Estuve hablando con gente que maneja redes sociales, cuando Occhiato dice eso hay una estrategia de marketing”.
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Y lo que parecía solo una muletilla simpática se transformó en una jugada perfectamente calculada. Según Calabró, “Occhiato está siempre pendiente de las métricas. Viste que el rol de conductor en La Voz no es protagónico por una cuestión de formato. Entonces cómo lográs presencia y visibilidad con un rol marginal, haciéndote viral con algo”. Y esto es algo que Nico parece tener súper estudiado.
La revelación no pasó desapercibida, sobre todo en un programa donde los coaches -Soledad Pastorutti, Lali Espósito, Luck Ra y Miranda!- son las grandes estrellas, además de que obviamente la gente está expectante por los participantes que se presentan a desplegar todo su talento. “Ese latiguillo nació de casualidad, pero él la captó, vio que pegaba en redes y la incorporó a su conducción”, remató la periodista.
En un contexto donde La Voz apuesta fuerte por su versión multiplataforma -tiene un streaming con Sofi Martínez, Momi Giardina y Santi Talledo reaccionando a cada minuto del programa-, el detalle no es menor. Lo que se ve como una simple frase repetida, se convierte en una herramienta de posicionamiento personal y hasta explotada por el propio Nico.
Así, mientras los jurados de La Voz arman sus equipos con artistas que llegan desde todos los rincones del país, Occhiato juega su propio partido. Como todo buen jugador, entendió que la viralidad también es una forma de ganar visibilidad. Y la rompe.