Por qué lo mejor de Jurassic World: Renace es el trailer…

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Es duro para un fan de la saga, pero lo mejor de Jurassic World: Renace no es la película, sino el trailer.

Dura menos de tres minutos, resume casi todas las secuencias de acción y peligro, son imágenes impactantes, duran segundos, se siente el temor y la admiración y sorpresa por los dinosaurios.

Algo que en la película de dos horas y cuarto… no. No pasa.

Todos sabemos que esos dinosaurios no son de verdad.

Los dinosaurios están sueltos en todas partes, pero la mayoría están cercados cerca del Ecuador. Foto UIP

Jurassic World: Renace no asombra

El problema no es ése, sino que la sensación de asombro ha ido mermando de película a película. OK, los primeros dinosaurios, los de la primera Jurassic Park, la de Spielberg de hace 32 años, hoy los vemos y parecen de la prehistoria (del cine). Se pueden haber perfeccionado, pero lo que Jurassic World: Renace no tiene es precisamente eso que hizo a la saga o la franquicia movernos a ir a verla a los cines.

¿Retoma personajes de la trilogía de Jurassic Park, o de la de Jurassic World? No, al menos no humanos. Hay un banner que los fans van a reconocer de inmediato, y algunos animalitos que corretean por ahí.

Los ingredientes son los de siempre. Científicos y aventureros en medio de situaciones de peligro, lo mismo que niños (siempre-hay-niños-hijos-nietos-o-sobrinos-en-peligro), alguna corporación o empresa farmacéutica que quiere provecharse del ADN de los dino, sea para el fin que sea, hacer un parque, buscar la clonación o como aquí, conseguir con la sangre de tres tipos de dinosaurios diferentes una cura para enfermedades cardíacas.

Scarlett Johansson, escapando de que la devoren o le den un piquito.

Sí. Leyeron bien.

La cosa en algún momento tiene que desmadrarse.

Scarlett Johansson, la líder

En Jurassic World: Renace los protagonistas son Zora Bennett, maestra en operaciones encubiertas (Scarlett Johansson), el Dr. Henry Loomis, un paleontólogo que ve cómo cierra su exposición en el Museo de Ciencias Naturales, porque a la gente ya no la conmueve ver dinosaurios: los tienen en la calle, conviviendo con ellos (Jonathan Bailey, de Wicked y Los Bridgerton); un capo de la industria farmacéutica, que viene a ser el malo de la película (Rupert Friend), y el capitán de un barco, Duncan Kincaid, quien viene ayudando a Zora desde tiempos inmemoriales (Mahershala Ali).

Todo comienza en un laboratorio, años antes de la trama principal de la película.

Me dirán que aquí no hay niños, y bueno, esa franja etaria la cumple la familia de ascendencia latina que protagoniza una trama paralela, que obviamente se va a cruzar con la principal, con papá Reuben (Manuel García-Rulfo) a la cabeza, su hija adolescente Teresa (Luna Blaise), su novio drogadicto Xavier (David Iacono) y aquí está la niña, Isabella (Audrina Miranda).

Los cuatro primeros salen la caza de los dinosaurios, que han sido cercados cerca del Ecuador, por cuestiones climáticas, y adonde a los humanos se les tiene prohibido llegar. Necesitan extraer sangre de dinosaurios vivos, uno marítimo, otro terrestre y un tercero que vuele. No pregunten por qué, porque si nadie se lo pregunta en la película, no vamos a encontrar la respuesta.

Y sí, termina aburriendo

El asunto es que la película termina aburriendo. Uno le tiene paciencia, como a todas las películas que ve después de pagar la entrada en un cine (en streaming, por más que pagó el abono, se cansa y busca otra cosa). Aparecen los mutantes, ahí hay cierta relación con la isla Nublar, de la primera trilogía, pero los personajes no son empáticos, queribles. Obvio no queremos que nada le pase a Isabella, la niña latina, pero a más de uno, si se lo engulle un dinosaurio no nos haremos problema.

Scarlett es una especialista en «operaciones encubiertas»: hay que conseguir sangre de tres razas enormes de dinos.

Eso, en las dos mejores películas de toda la saga -la primera Jurassic Park y la primera Jurassic World– no sucedía. Nos interesaba la trama, nos sorprendían las vueltas del guion, la aparición de los dinosaurios, la sensación de peligro constante.

Jurassic World en picada

Ya desde su título Jurassic World: Renace habla de un deseo de recomenzar la saga, pero veremos. Ni siquiera hay una escena postcrédito que adelante algo (así como termina la película, podría no haber una secuela) y no hay información fidedigna de preproducción de ninguna otra de Jurassic World.

Las recaudaciones de las tres World que la precedieron, aunque exorbitantes, fueron bajando en picada (US$ 1.700 millones, US$1.300 millones, US$1.000 millones) y tal vez, en una de ésas, no solo la gente en la ficción de esta película se cansó de los dinosaurios.

«Jurassic World: Renace»

Regular

Acción. Estados Unidos, 2025. 134’, SAM 13. De: Gareth Edwards. Con: Scarlett Johansson, Jonathan Bailey, Mahershala Ali, Rupert Friend, Manuel Garcia-Rulfo. Salas: Hoyts Abasto y Unicenter, Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta, Pilar y Avellaneda, Showcase Belgrano, Norcenter y Haedo.

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