Salir de vacaciones este año en coche no costará más que el año pasado. Llenar un depósito de combustible de unos 60 litros costará entre 85 y 90 euros, debido a que el precio de los carburantes apenas ha experimentado cambios entre lo que había que pagar a finales de junio de 2024 y lo que hay que pagar hoy.
Según los datos del Geoportal de Hidrocarburos del Ministerio para la Transición Ecológica, el litro de gasolina de 95 octanos costaba el día 26 de junio del año pasado 1,53 euros y este año, en la misma fecha, se pagaba a dos céntimos menos, es decir, 1,51 el litro. Por su parte, el gasóleo A, que es el usado por los automóviles, ha subido, pero también muy levemente, ya que frente a los 1,41 euros de hace un año, ahora se paga a 1,44.
El presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio en Córdoba, Rafael Larrea, ha explicado en relación con esta evolución de los precios que el mercado del combustible está muy relacionado con la situación internacional, que en las últimas semanas ha estado bastante revuelta. Así, Larrea recuerda que el reciente conflicto ha generado «una fuerte volatilidad en los precios del Brent que llegó a subir más de un 14% en una semana, alcanzando los 74,23 dólares por barril». Esto se produjo, aclara el empresario, «por el temor a interrupciones en el suministro desde Oriente Medio, especialmente por el riesgo de cierre del Estrecho de Ormuz, por donde transita el 20% del petróleo mundial». Sin embargo, tras una tregua parcial y sin daños a infraestructuras clave, el precio volvió a moderarse hasta los 66 o 67 dólares.
En resumen, a juicio de Rafael Larrea, «el conflicto ha actuado como un catalizador de corto plazo, disparando los precios por miedo a una crisis de suministro, aunque el mercado ha corregido rápidamente al no materializarse esos riesgos».
Esta situación de cierta tranquilidad va a repercutir en que quien empiece sus vacaciones en estos días pueda ir un poco más tranquilo al llegar a una estación de servicio para llenar su depósito.
Las últimas semanas
El empresario explica que el comportamiento de los precios de los dos combustibles más consumidos no ha sido igual en las últimas semanas. Así, la cotización internacional de la gasolina ha subido entre un 6% y un 9%. «Este aumento se debe al encarecimiento del Brent, que subió un 11% tras los ataques a instalaciones nucleares iraníes y la amenaza del cierre del Estrecho de Ormuz».
Asegura Larrea que la gasolina es «especialmente sensible a estos movimientos por su alta demanda estacional en verano y su dependencia del crudo ligero». El hecho de que el refinado mayoritario de este carburante se haga en Estados Unidos, aclara, donde es el más consumido, ayuda a su moderación del precio.
Por su parte, el gasóleo, aunque también ha subido entre un 4% y 7% en los mercados internacionales, el temor a «interrupciones logísticas en Oriente Medio (que es de donde procede en mayor parte el refinado) ha elevado las primas de riesgo en los contratos a futuros de destilados medios».
La proyección de estas oscilaciones en los surtidores ha sido muy diferente, explica, pues desde que estallara el conflicto, los precios en las gasolineras se han encarecido en ambos casos (gasolina y diesel) y han subido entre un 2 y un 5%. Y anuncia que de cara a la operación salida, si el entorno geopolítico no se enturbia «es probable que los precios se mantengan e incluso bajen»