Las personas con enfermedades mentales graves tienen una esperanza de vida menor que el resto de la población, de entre 12 y 15 años, y aunque el suicidio es un riesgo serio, no es la causa más común de muerte prematura en estas personas, siendo las enfermedades cardiovasculares y respiratorias las principales causas evitables. Estas son las conclusiones de un estudio del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) que esta institución ha dado a conocer este viernes con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.
El grupo de investigación Alerta Salud. Trastorno Mental Grave, liderado por el doctor Fernando Sarramea, del Imibic y del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y que es experto en estudiar enfermedades respiratorias en poblaciones vulnerables, ha coordinado este estudio de alcance global cuyo objetivo es cuantificar el riesgo de mortalidad respiratoria en personas con trastornos mentales graves.
Según ha informado el Imivic en una nota de prensa, el trabajo revisa y analiza los resultados de 83 estudios realizados en todo el mundo, que incluyen datos de casi cinco millones de personas con esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión mayor, comparadas con cerca de 800 millones de individuos de la población general.
Los resultados muestran que «el riesgo de mortalidad por cualquier causa respiratoria es aproximadamente el doble en las personas con un trastorno mental grave que en la población general, siendo este riesgo incluso más elevado en los grupos de menor edad».
Además, «el exceso de mortalidad se observa en todas las enfermedades respiratorias más frecuentes, como la EPOC, la neumonía, la tuberculosis, la Covid-19 y otras infecciones respiratorisa, lo que pone de relieve la vulnerabilidad de esta población ante patologías potencialmente prevenibles».
Prevención
Los autores subrayan en el estudio la necesidad de «poner en marcha estrategias de salud pública y atención clínica focalizadas, como promover la cesación tabáquica, con especial énfasis en los pacientes con trastornos mentales, y vacunaciones afirmativas frente a enfermedades respiratorias frecuentes». También «incluir pruebas de función respiratoria en consultas de salud mental y en unidades de hospitalización psiquiátrica».
Este trabajo, según ha explicado el doctor Laguna, investigador principal del estudio, «demuestra que una parte importante de la reducción en la esperanza de vida de las personas con enfermedad mental es prevenible», es decir, «cuidar su salud física es cuidar su salud mental».
