Iván Ruiz, trasplantado de corazón número 800 de hospital Reina Sofía: «Antes de recibir el injerto sufría muchas muertes súbitas»

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Iván Ruiz Moral, vecino de Peligros (Granada) ha sido el beneficiario del trasplante de corazón número 800 del hospital universitario Reina Sofía, un trasplante que él asegura «le ha devuelto la vida», ya que antes del mismo, sufría muchas muertes súbitas, debido a que una enfermedad rara que padece había deteriorado mucho su función cardiaca.

A Iván, que tiene 40 años, y está diagnosticado de una distrofia muscular poco frecuente, que se llama Emery-Dreifuss le detectaron con 30 años un problema grave de corazón. La distrofia que sufre es una patología hereditaria, que también padecen sus dos hermanos, pero con una peculiar afectación en cada una de ellos.

«A mí me han llegado a decir en el Servicio de Cardiología del hospital Reina Sofía que mi cardiopatía en concreto era un caso único en el mundo», resalta este paciente, que subraya que el trasplante de corazón que recibió el pasado 2 de abril en Córdoba, tras muchas horas de intervención, fue una operación muy complicada, ya que el corazón que recibió era mucho más pequeño que el suyo, «pero todo fue bien y la recuperación fue muy favorable». «Tras el trasplante hago una vida relativamente normal. No puedo hacer aún muchos esfuerzos, pero sí ir con mi hijo a la playa y hacer vida en familia».

Gracias a la coordinación entre el hospital Virgen de las Nieves de Granada y el equipo de trasplantes del Reina Sofía, Iván fue incluido en lista de espera para trasplante y, un mes después, recibió el órgano que esperaba, siendo un injerto pionero por la enfermedad que hizo necesario el implante y la complejidad de la intervención.

Iván Ruiz, tercero por la izquierda, con profesionales del Servicio de Cardiología del hospital Reina Sofía. / CÓRDOBA

Arritmias cada vez más frecuentes

Hasta los 30 años este granadino se estuvo dedicando primero a la construcción y luego trabajando como técnico de mantenimiento en Málaga. Pero su corazón empezó a dar señales de que algo no iba bien, las arritmias eran cada vez más frecuentes, por lo que le tuvieron que implantar un DAI (Desfibrilador Automático Implantable), que lograba detectar y tratar arritmias potencialmente mortales.

El hermano mayor y el pequeño de Iván también sufren la misma distrofia, desconocida por sus padres hasta que fueron a Barcelona y allí le dieron el diagnóstico. La consecuencia de esta patología en el hermano menor de Iván se centra en sus extremidades superiores, más cortas y con mucha pérdida de la función muscular. Por otro lado, al hermano mayor también le tuvieron que implantar un DAI hace siete años, aunque de momento no requiere de un trasplante. También presentan pérdida de la función muscular en las extremidades tanto Iván como su hermano mayor, ya que es uno de los síntomas de las distrofias.

Iván Ruiz, con su hijo, y pareja. / CÓRDOBA

La portadora de la distrofia en el caso de esta familia fue la madre de Iván, que nunca imaginó antes de tener a sus tres hijos que existía esta posibilidad, y solo en el caso de que estos tres hermanos tuvieran una hija podría verse la misma afectada, ya que la misma se transmite a través del cromosoma X, explica Iván.

Iván Ruiz, durante su recuperación en la UCI del hospital Reina Sofía. / CÓRDOBA

Agradecimientos

El trasplantado de corazón número 800 del Reina Sofía no tiene palabras para agradecer la atención recibida en el hospital Reina Sofía, por parte de profesionales de muchas diferentes especialidades, UCI, Cardiología, Fisioterapia, Enfermería, entre otras muchas, porque como incide «antes no tenía una vida y ahora sí la tengo». «No hay millones que paguen el trabajo de estos profesionales de la sanidad pública», añade. A Iván le gustaría poder dar «millones» de gracias a la familia de la persona que donó su corazón para que él siga vivo, una persona generosa que también ayudó a que otro paciente recibiera sendos pulmones.

Trasplante 800

El hospital Reina Sofía ha alcanzado ya la cifra de 800 trasplantes de corazón, en concreto lleva 807, después de que en mayo de 1986 realizara el primer injerto de estas características de Andalucía a un joven de Jaén.

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