El pasado mes de mayo, el Grupo de Tráfico de Armas de la Jefatura de Información de la Guardia Civil desarticuló una organización criminal radicada en Murcia que suministraba armas a clanes del narcotráfico. El ‘modus operandi’ de la organización era difícil de rastrear y la investigación duró meses. Personas con licencia de armas habían adquirido las armas legalmente para después vendérselas a los cabecillas de la organización, pasando así al mercado ilegal, lo que hacía triplicar su valor inicial.
Posteriormente, estos testaferros denunciaban falsamente su robo o extravío y así desviaban armas como rifles, versiones civiles de fusiles de asalto militares -tienen apariencia militar pero son semiautomáticas: disparan solo una bala cada vez que se aprieta el gatillo- y escopetas policiales.
En operaciones recientes, la Guardia Civil ha confiscado armas de guerra, pero apunta que estas son solo un 1% del total
Para las bandas criminales, las armas son sus «herramientas de trabajo». Las usan para proteger las plantaciones de marihuana, los almacenes -llamados en el argot criminal ‘guarderías’-, así como para garantizar la seguridad de los traslados de la propia mercancía, cometer ‘vuelcos’ (robos) contra otras organizaciones o llevar a cabo ajustes de cuentas entre bandas, como el ocurrido el pasado mes de julio en el Eixample de Barcelona entre las mafias balcánicas Skaljari y Kavac que terminó con uno de sus integrantes tiroteado.
Armas de guerra enterradas
Vinculada a la citada banda que la Guardia Civil desarticuló en Murcia también cayó otra que operaba en Granada y que tenía hasta un campo de tiro subterráneo y almacenaba enterradas tanto munición como armas de guerra, entre ellas AK-47. La presencia de este tipo de armas no es inusual entre los clanes de la droga, pero fuentes del Grupo de Tráfico de Armas de la Jefatura de Información de la Guardia Civil rebajan la alarma que pueden producir este tipo de noticias porque son «hechos puntuales que no guardan relación con la realidad».
Varias armas incautadas en Tarrasa, algunas de guerra, en una operación del pasado julio de la Policía Nacional contra un clan de tráfico de drogas. / EL PERIÓDICO
«De las 8.000 armas ilegales que se incautan al año por parte de todos los cuerpos policiales solo 80-90 son armas de guerra. Es menos del 1%», puntualizan a EL PERIÓDICO fuentes de la Jefatura de Información, que precisan que son mayoritarias las «armas civiles» que se confunden con las militares, como los rifles semiautomáticos. «Tienen un efecto disuasorio, no disparan a ráfagas, pero se pueden comprar en el mercado civil y dan el pego», precisa un miembro de este Grupo especializado del Instituto Armado.
Las armas de guerra que se incautan a los grupos criminales suelen proceder de Europa del Este
En el caso de las armas de guerra que se incautan a los grupos criminales, estas suelen proceder de Europa del Este, ya que muchas fueron usadas en la Guerra de los Balcanes, aunque las hay originarias de numerosos países en conflicto, ya que el AK-47 es el arma más vendida del mundo: se estima que hay en circulación entre 70 y 80 millones de unidades de este fusil de asalto. Además del Kaláshnikov, los rifles más vendidos en el mercado negro europeo son los VZ-58 fabricados en la República Checa y los Zastava M-70 serbio.
Tras el conflicto en Los Balcanes quedaron muchas armas fuera de control en manos de todos los contendientes y de las diferentes facciones que no siempre era ejércitos regulares. Al acabar la guerra, hubo quien se guardó las armas y con el paso de los años se vendieron, facilitando el mercado negro. Si en los países de Europa del Este se pueden comprar por 300 euros, en España se pueden llegar a vender por 3.500-5000 euros.
Bandas de albaneses y de kosovares trasladan armas en los mismos camiones que usan para recoger la droga en España
Su traslado entre los países de la Unión Europa se realiza por carretera, escondidas por piezas en dobles fondos de camiones y autobuses. La Jefatura de Información ha detectado organizaciones de albaneses y de kosovares, muy activas en el tráfico de drogas, que llevan armas en los mismos camiones que utilizan para recoger la droga en España.
Lugar de la calle Consell de Cent de Barcelona donde se produjo el ajuste de cuentas entre bandas del narco este verano. / Marc Asensio Clupes / EPC
Los agentes se han encontrado casos que de armas de guerra, letales, que se habían desactivado en otros países para su uso como armas de fogueo, pero se habían reactivado en España para su venta a los clanes del narcotráfico, si bien insisten en que los tiroteos con ellas son «casos aislados». Uno de los últimos sucesos ocurrió el pasado octubre, cuando en un enfrentamiento entre bandas en la barriada de las Tres Mil Viviendas de Sevilla se usó un Kaláshnikov.
Costa del Sol, zona caliente
Los grupos criminales clientes de este mercado negro de armas radican fundamentalmente en la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar, la zona caliente del narcotráfico en nuestro país, aunque cada año se extiende a más puntos de España por la proliferación de las plantaciones de marihuana, ya que son muy rentables para los delincuentes, al obtenerse mucho beneficio y ser los costes penales muy bajos.
Sólo un 16% de los 290-300 homicidios que se producen al año en España se cometen con armas de fuego
Los investigadores recuerdan una operación que llevaron a cabo a finales de 2020 después de que se produjera un buen número de homicidios por ajustes de cuentas en la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar. El denominador común era el uso de un tipo de fusiles de asalto -Zastava M70- que habían sido desactivados en su día, pero en un taller de Coín (Malaga) se trucaban para volver utilizarse en modo ráfaga. En aquella operación se incautaron más de 160 armas, 30 de ellas fusiles de asalto.
Pese a que desde la Guardia Civil se asegura que no hay una mayor incidencia de tráfico ilegal de armas que otros años -se han realizado más de 130 operaciones contra el tráfico de armas en cinco años y se ha detenido a 358 personas-, las cifras en algunas comunidades son llamativas.
Los Mossos d’Esquadra intervinieron 445 armas de fuego vinculadas a la delincuencia en 2024, un 14% más que el año anterior
Por ejemplo, en Catalunya: los Mossos d’Esquadra intervinieron en 2024 un total de 445 armas de fuego vinculadas a la delincuencia, lo que supone un 14% más que el año anterior. Este pasado julio, por ejemplo, la Policía Nacional intervino en Terrassa y Badalona dos armas largas de uso militar -un Cetme y un subfusil M1 modificado- listas para hacer fuego, además de una pistola y 500 cartuchos de distinto calibre. Pertenecían a un grupo que se dedicaba al narco.
Varias armas de fuego incautadas durante la operación Brutale de la Jefatura de Información de la Guardia Civil en Andalucía. / EL PERIÓDICO
Pese a las frecuentes aprehensiones de armas, desde la Jefatura de Información inciden en que los tiroteos son excepcionales ya que la legislación al respecto es muy restrictiva y lo único a lo que tienen acceso los ciudadanos mayoritariamente es a armas de caza [en España hay 1,4 millones de personas con licencias de armas, con las que tienen registradas legalmente 2,6 millones de armas, la mayoría escopetas y rifles de caza, según datos del Ministerio del Interior].
«España es un país seguro», razonan desde el grupo especializado, donde recuerdan que sólo un 16% de los 290-300 homicidios que se producen al año en España se cometen con armas de fuego [un 40% de perpetran con arma blanca, más accesible]. «En Colombia, que tiene una población parecida a la de España, hay 13.000 homicidios al año, 47 veces más, porque hay un montón de armas de fuego en la calle», razonan en la Jefatura de Información.
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