El carnicero del mercado municipal de El Naranjo: «Me echan como un perro después de 38 años»

Compartir:

El carnicero del mercado municipal de El Naranjo, Rafael Jiménez, se muestra muy molesto por el trato recibido por el Ayuntamiento de Córdoba. «Me han tratado fatal, me echan como a un perro después de 38 años«, lamenta después de que la junta de gobierno local haya acordado este lunes, 1 de septiembre, la extinción de la concesión demanial del único puesto que se mantenía abierto en esta plaza de abastos de los 13 que llegó a tener este mercado.

La decisión municipal, avalada según recordó ayer el delegado de Mercados y Comercio, Julián Urbano, por el consejo de distrito y el Consejo del Movimiento Ciudadano, lleva parejo el proyecto de construcción de un centro de capacitación activa de mayores para esta barriada cordobesa. «Lo del centro de mayores me parece muy bien, pero yo no tengo la culpa de haberme quedado solo en el mercado y encima me lo pagan así», afirma desencantando este carnicero cordobés que con 63 años de edad (los cumple en octubre) aún tiene por delante dos años más para la jubilación. «El problema es que a pesar de tener 38 años cotizados, de jubilarme este año no me quedaría nada de nada y no tengo derecho ni a una indemnización«, advierte temeroso de que su ansiado descanso después de su vida laboral se convierta en una pesadilla.

Mercado de abastos de El Naranjo / Manuel Murillo Martínez / COR

En otro mercado

El Ayuntamiento de Córdoba le ha ofrecido a Rafael una alternativa: abrir su puesto de carnes y chacinas en cualquier otro mercado municipal con plazas disponibles (todos ellos tienen puesto vacantes). Sin embargo, al carnicero de El Naranjo esta opción no le convence: «La poquita clientela que me queda está en este barrio», argumenta. Además, piensa que a su edad emprender un nuevo negocio en otro sitio se le haría cuesta arriba. «Si fuera más joven, a lo mejor, me plantearía irme a otro mercado, pero ahora…» , duda. Tampoco le parece viable alquilar un local privado en El Naranjo: «Es difícil encontrar un sitio donde quepan la cámara frigorífica y la vitrina que tengo porque son muy grandes», asegura.

Rafael Jiménez vive desde el mes de agosto, cuando le comunicaron de forma verbal los planes del gobierno local, con una sensación de «impotencia». No sabe cómo puede hacer valer lo que entiende es su derecho. «Estoy en precario, como tantos otros en los demás mercados, pero he pagado todos los meses y aquí yo era el carnicero, el portero, el encargado…», sostiene para añadir que solo el responsable técnico de Mercados se ha puesto en contacto con él. «A mi me gustaría hablar con el alcalde o con el delgado de Comercio para explicarles mi situación», pide. Ahora, Rafael Jiménez se plantea recurrir la decisión municipal y presentar alegaciones aunque, reconoce, que ni siquiera sabe cómo hacerlo. «¿Cuánto tiempo crees que me quedará en el puesto?», pregunta de forma retórica.

También puede interesarte

La Justicia le pidió al Gobierno más de dos billones de pesos de presupuesto para el 2026

El Poder Judicial de la Nación presentó su pedido de presupuesto para el 2026: reclamó más de dos...

Hojaldre de panadería: una masa súper fácil y con un relleno riquísimo

En la pantalla de Canal 10 nos enseñan una receta clásica que muchas vecinas tienen: fama de complicada....

Kia K4 bajo la lupa: así le fue en las pruebas de Latin NCAP

El Kia K4, producido en México y pensado como sucesor del Cerato, fue sometido a las pruebas de...