Cuida autos en el centro, sufrió graves heridas al ser embestida por un caballo en Colinas

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El viernes pasado, Lorena Bazán caminaba con sus dos hijos menores en las inmediaciones del Polideportivo de barrio Colinas, cuando sin que tuviera tiempo de reaccionar, un caballo desbocado que venía desde unos terrenos cercanos la embistió en plena calle.

La mujer trabaja como Permisionaria de Estacionamiento Controlado en una calle del centro de la ciudad y se iba hacia su puesto laboral cuando ocurrió este incidente. Según el relato que le transmitieron sus hijos perdió el conocimiento y convulsionó en el lugar hasta que recibió el auxilio de unos feriantes que estaban en el Polideportivo.

Fue trasladada al Hospital Sayago en donde estuvo internada hasta este martes.

La mujer resultó con lesiones importantes y reclama que el dueño del animal se responsabilice por los gastos médicos y la situación que atraviesa.

“Gracias a Dios no les pasó nada a mis hijos”

Bazán contó que salía de su casa rumbo a su turno de las 5.30 y caminaba con sus hijos cerca del Polideportivo de Colinas cuando un caballo cruzó a toda velocidad desde los terrenos ubicados frente a la comisaría.

Relató que sus hijos lograron correrse hacia el alambrado, pero ella solo alcanzó a ver al animal pasar por su lado antes de perder el conocimiento.

Según lo que le narraron, el animal intentó esquivarla, pero llevaba “una cuerda atada al cuello y en la punta una estaca”, que terminó enredándose en sus piernas y la arrastró varios metros.

La mujer cayó primero contra unos bloques y luego golpeó su cabeza contra un poste de luz, quedando inconsciente. “Mi hija me desató los pies y el caballo siguió corriendo”, describió sobre el relato de la niña, que también pidió auxilio a las feriantes de la plaza cercana.

Bazán recuperó la conciencia cuando llegó la ambulancia. “Me dijeron que convulsioné”, indicó. Fue trasladada al Hospital Sayago, donde le diagnosticaron una fractura en la clavícula y lesiones en el cuello.

Recién este martes recibió el alta, pero requiere medicación urgente y una resonancia cuyo costo asciende a 150 mil pesos. “Estuve cinco días tirada en la cama sin poder moverme. Me cuesta comer, me cuesta caminar”, expresó.

El reclamo sin respuesta

La trabajadora afirmó que el dueño del caballo se presentó en el lugar donde trabaja su suegro, aunque nunca se acercó al hospital. Según su testimonio, el hombre le pidió que no hiciera la denuncia ni recurriera a abogados. “Cinco días diciéndome que me iba a ayudar y no pasó ni a preguntar cómo estaba”, lamentó. Contó que le envió las recetas y los estudios que necesita, pero que él nunca respondió. “Lo esperé hasta las doce de la noche y no apareció. Es como que se me ríe en la cara”, dijo.

Por último, sostuvo que lo ocurrido no es un episodio aislado y que los caballos sueltos son un problema recurrente en la zona. “Entiendo que fue un accidente, pero el animal era de él y se tiene que hacer cargo. No es la primera vez que los caballos andan sobre la ruta. Yo venía por la vereda, me iba a trabajar”, precisó.

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