El dirigente peronista Guillermo Kraisman pagó una fianza de veinte millones de pesos, entregó un vehículo y recuperará la libertad tras haber sido detenido por el escándalo de la «empleada fantasma» de la Legislatura de Córdoba.
Se encuentra privado de su libertad desde el pasado mes de enero, cuando lo sorprendieron en una entidad bancaria tratando de cobrar un sueldo ajeno y con un DNI falso.
Mientras avanza la investigación a cargo del fiscal en lo Penal Económico de Segunda Nominación, Franco Mondino, regresará su domicilio y permanecerá imputado de tentativa de defraudación contra la administración pública.
Kraisman tiene 61 años y se presume que realizaba «maniobras irregulares» vinculadas a presuntas contrataciones en la Unicameral.
