Es uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Argentina, un corredor natural enmarcado por las imponentes Sierras Chicas y las Sierras Grandes. Además, alberga algunas de las ciudades más características de la Provincia de Córdoba como Villa Carlos Paz, Cosquín, Capilla del Monte o La Falda. Sin embargo, ¿alguna vez te preguntaste por qué esta región tan particular lleva el nombre de Valle de Punilla? La respuesta se encuentra en un fascinante cruce entre la geografía, la botánica y, posiblemente, los viajes de los primeros colonizadores.
Existen dos teorías principales que explican el origen de esta singular denominación.
Un tributo al pastizal andino
La explicación más aceptada y respaldada por estudios etimológicos apunta a la vegetación autóctona que históricamente cubrió vastas extensiones de este valle de altura. Según esta versión, el nombre proviene del pastizal montano conocido popularmente como punilla, que corresponde a la especie botánica Stipa ichu (o Stipa ichu punilla, según denominaciones anteriores). Este tipo de pasto, característico de zonas altas y serranas, era abundante en la región, por lo que los pobladores y exploradores habrían adoptado el término «Punilla» para describir el valle donde predominaba este pastizal.
Una pequeña «puna» en las sierras
Otra teoría, más ligada a la toponimia andina y a la experiencia de los primeros viajeros, sugiere que el nombre es un diminutivo de la palabra «Puna». La Puna es el término quechua que se utiliza para designar a las «pampas» o llanuras de gran altitud, típicamente asociadas con el altiplano andino (como el que se encuentra en el norte argentino o Bolivia). Se cree que los conquistadores españoles o los primeros pobladores que llegaban a esta zona desde el sur, luego de ascender las sierras y encontrar una meseta o llanura elevada que les recordaba a una versión más pequeña de la gran Puna, la habrían denominado «Punilla». Es decir, una «pequeña Puna».
Más allá del origen exacto, lo cierto es que el nombre de Punilla se consolidó a lo largo de los siglos, marcando la identidad de esta región. Este valle ha sido históricamente un corredor fundamental: Durante la época colonial, funcionó como un camino natural para unir el centro con el norte del país, e incluso formaba parte de las rutas hacia Chile. Además, es el escenario donde se asientan localidades icónicas como Villa Carlos Paz, Cosquín, La Falda, La Cumbre y Capilla del Monte, cada una con su propio encanto y tradición.
Hoy, aunque el valle es un motor de vida, festivales y naturaleza, el misterio de su nombre sigue recordándonos que, en sus pastizales y sus alturas, se esconde la historia de un lugar que, ya sea por su flora o por su geografía, fue bautizado como el inconfundible Valle de Punilla.
