domingo, 7 de septiembre de 2025 · 12:00
Paraná. Luego de que su condena a prisión perpetua por haber asesinado a Fernando Pastorizzo en 2017 quedara fija, la defensa de Nahir Galarza presentó un pedido a la Justicia de Entre Ríos para que la joven recuperara el acceso a las redes sociales y pudiera tener un celular propio desde la cárcel.
La solicitud fue formulada por su nuevo abogado, Augusto Lafferriere, el 1 de septiembre ante el Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Gualeguaychú, bajo la titularidad de la jueza Elena Margarita Vicari. También habría ingresado un segundo pedido que sería de carácter reservado.
En el escrito, el defensor argumentó el pedido al destacar el desempeño de la interna durante su tiempo en prisión. Desde que fue alojada en la Unidad Penal N° 6 de Paraná, la joven completó más de 15 cursos en la cárcel, actualmente cursa una carrera terciaria en Psicología Social y respetó todas las normas de conducta impuestas por el régimen penitenciario.
Según la información publicada por Diario UNO de Entre Ríos, el juzgado ordenó la intervención del Ministerio Público Fiscal (MPF), que contará con un plazo de 24 horas para expedirse sobre la solicitud de la interna de acceder a un teléfono móvil con conexión a internet y redes sociales.
La última vez que Galarza utilizó redes sociales fue en septiembre de 2019, cuando publicó varias fotografías sola y con sus compañeras desde su celda en su cuenta de Facebook. Después de que se investigara el hecho, se descubrió que las imágenes habían sido tomadas con un celular compartido entre las internas para comunicarse con sus familiares.
En una de las publicaciones que realizó, Nahir incluyó una frase que decía: “Cumpliendo la maldita condena”. Esta publicación generó un fuerte impacto, debido a que alcanzó más de 125.000 me gusta y 60.000 comentarios, lo que motivó la intervención inmediata del Servicio Penitenciario de Entre Ríos.
Después de que requisaran su celda e incautaran el dispositivo, la interna fue sancionada con 10 días de aislamiento en un calabozo húmedo y sin contacto con el exterior, aunque la sanción se redujo a cinco días tras haberse disculpado. Durante ese periodo, no tuvo acceso a libros, radio ni a ningún tipo de comunicación.
En su descargo ante las autoridades penitenciarias, la joven admitió su error y reconoció haber infringido las normas al compartir contenido en redes sociales. Desde entonces, no volvió a tener presencia en plataformas digitales.