Entre el infierno y la precariedad laboral, así es el trabajo de los bomberos forestales

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¿Y tú de quién eres? Esa pregunta se le puede hacer a cualquiera de los efectivos de extinción desplegados estos días en la provincia, ya que el galimatías laboral del sector incluye trabajadores públicos de la Junta, otros de brigadas especializadas del Ministerio, un gran número contratados a través de la empresa pública Tragsa y otro importante grupo de operarios pertenecientes a 35 empresas privadas con las que la Junta subcontrata servicios.

Todos ellos están luchando contra incendios voraces, en algunas situaciones jugándose el tipo para apagar las llamas. Sin embargo, excepto los de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) que forman parte de los medios estatales, el resto no tienen reconocida la categoría profesional de bombero forestal, un signo más de su precariedad laboral que ha denunciado el sindicato UGT de Zamora.

Un bombero forestal encara el fuego. / Cedida

La organización sindical ha asegurado que hay peones, mangueristas, brigadistas o conductores de autobomba –las categorías con las que se les denomina oficialmente– que estos días han realizado turnos de 16, 18, 20 o incluso 24 horas de trabajo seguidas y otros que se han puesto en primera línea tras ser contratados sin experiencia previa, con un curso previo de 16 horas y en algún caso sin él. Han vivido además, según UGT, situaciones de «caos» en la organización de los medios para contener el fuego.

Esas situaciones que incumplen la normativa laboral que ha detectado las llevará UGT ante la Inspección de Trabajo, las Administraciones y empresas implicadas porque ha habido «una descoordinación absoluta» en esos fuegos, con personal dos horas de brazos cruzados esperando órdenes, avituallamientos «tarde y escasos» y trabajadores «deshidratados y con calambres» por el esfuerzo, según ha declarado el secretario general autonómico de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Tomás Pérez.

Ha lamentado que a algunos trabajadores que extinguen las llamas únicamente se les ha ofrecido un cursillo de ocho horas teóricas y otras tantas prácticas en las que le dicen lo que es una manguera, cómo enchufarla y poco más. Pérez ha asegurado que este año han llegado los incendios de sexta generación a Castilla y León y hay personal implicado en la extinción al que «se les manda al fuego sin formar».

Al respecto, Roberto Castaño, de UGT de Zamora, ha precisado que conocen al menos nueve casos de personas contratadas directamente de las listas de desempleados para apagar los incendios forestales, la mayoría sin formación ni experiencia previa, y en algún caso sin ni siquiera haber realizado el curso de formación previo de 16 horas. Castaño ha sostenido que los incendios que sufre actualmente la Comunidad son fruto de un «cóctel explosivo» que ha tenido como «ingredientes» las condiciones meteorológicas, la falta de personal cualificado, la ausencia de prevención, una falta de organización «enorme» y un «absoluto abandono» del medio rural.

Con llagas en los pies

Por su parte, la responsable federal de UGT del área autonómica y local, Victoria Corbacho, ha ahondado en la situación del personal de extinción al desvelar que han recibido fotos de denuncia de compañeros que recibían «medio bocadillo y un botellín pequeño de agua para estar todo el día apagando el fuego». También ha habido casos de trabajadores con llagas en los pies porque las botas con las que acudían a extinguir los incendios no eran las adecuadas.

Por todo ello, la organización sindical tiene intención de denunciar la situación ante la Inspección de Trabajo porque no se ha respetado el máximo de doce horas por turno, que se eleva a catorce si se cuenta el desplazamiento, y que tienen que ir seguidas de al menos otras doce de descanso.

Frente a ello, algunos trabajadores han realizado «jornadas de doce, dieciséis, dieciocho, veinte, incluso de veinticuatro horas» seguidas, ha lamentado el responsable autonómico de Servicios Públicos de UGT. Ha criticado que los acuerdos alcanzados en Castilla y León tras los incendios de la Sierra de la Culebra de Zamora de 2022 no se han cumplido porque el consejero de la Presidencia de Castilla y León no ha sacado la nueva relación de puestos de trabajo que modifique el tiempo de trabajo de cuatro a doce meses al año. Tomás Pérez ha pedido a la Junta de Castilla y León que acelere ese proceso y que reconozca también la categoría de bombero forestal, ya que hay enfermedades profesionales asociadas a ella, por las partículas cancerígenas que desprende el humo, que no están reconocidas en Castilla y León. Un peligro nada acorde al sueldo del personal de extinción: entre 1.300 y 1.800 euros al mes.

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