El fuego devora los Picos de Europa

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El fuego está devorando el parque nacional de los Picos de Europa. Lo está arrasando, literalmente. Los incendios (tres) siguen totalmente descontrolados, sin freno, y los servicios de extinción reconocen que no hay forma humana de pararlos. Todas las miradas se dirigen ahora al cielo: se anuncian lluvias para las próximas horas; pocas, es verdad, pero podrían ayudar a detener el desastre. También cambiará el viento, de sur a norte, lo que significa temperaturas más bajas y más humedad. También podría ayudar. No queda otra: los medios humanos desplegados en el espacio protegido están siendo a todas luces insuficientes.

Desalojado todo el valle de Valdeón

El pavoroso incendio originado en Barniedo de la Reina obligó ayer a ordenar el desalojo de todo el valle de Valdeón, en la provincia de León, en el límite con Asturias. Un valle de 164,6 kilómetros cuadrados, aproximadamente como Teverga. Si este sábado eran los vecinos de Caín los que eran llamados a abandonar sus casas al llegar a apenas un kilómetro del pueblo el fuego iniciado en este caso en Camarmeña (Cabrales), este domingo, a causa del incendio de Barniedo de la Reina han tenido que ser desalojados las otras siete localidades del valle: Santa Marina, Cordiñanes, Prada, Los Llanos, Soto, Caldevilla y Posada de Valdeón. Algunos vecinos se han negado a abandonar sus casas para «defenderlas del fuego», llevan desde hace días construyendo cortafuegos y abriendo zanjas.

El hayedo de Ascotín, amenazado

La orden de desalojo partía del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), ante el peligro de que el fuego alcance a todos esos núcleos habitados. Además, se ha obligado a evacuar las localidades de Barniedo de la Reina, Espejo de la Reina, Vilalfrea de la Reina, Portilla de la Reina, Casasuertes y Llánaves de la Reina. Suman unos 400 habitantes, aunque durante el verano suelen ser bastantes más.

El refugio de Jou de los Cabrones, bajo el cielo anaranjado y lleno de humo por el incendio surgido en Camarmeña (Cabrales). / Jou de los Cabrones

La Cruz Roja ha informado de que desplaza las 43 camas que tenía operativas en Boca de Huérgano a Riaño, donde se estaba instalando anoche un nuevo albergue con 200 camas para recibir a los evacuados de Valdeón. El fuego amenaza seriamente a otros parajes de enorme valor ambiental del parque nacional de los Picos de Europa, como remoto el hayedo de Asotín, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Si lo alcanzan las llamas sería «un desastre ambiental absoluto», alertan los expertos.

Una joya ambiental en peligro

En Asturias, mientras tanto, el mayor temor está ahora en el concejo de Ponga, donde el fuego está cada vez más cerca del bosque de Peloño, una reserva natural parcial considerada una joya ambiental. Es la mayor masa forestal del oriente de Asturias (tiene unos 15 kilómetros cuadrados de extensión) y contiene uno de los hayedos mejor conservados de España, aunque también alberga otras muchas especies arbóreas, entre las que destacan robles y acebos.

En la zona asturiana del parque de los Picos de Europa, sigue activo el incendio declarado el pasado martes en las inmediaciones Camarmeña (Cabrales), que se extendió sin remedio por los puertos de Cabrales y Onís y que fue el que obligó a desalojar Caín, a cerrar la senda del Cares y el funicular de Bulnes (únicamente funciona para residentes, personas hospedadas en la localidad y retornos) y el servicio de lanzaderas turísticas de Arenas a Poncebos.

Los ganaderos bajan sus reses del puerto

El incendio está «vigilado», señaló el alcalde de Cabrales, Jose Sánchez, pero ha obligado a los ganaderos del puerto local a bajar sus reses. Lo mismo han tenido que hacer los de Onís. La «buena noticia», dentro de la gravedad, es que el fuego no logró superar el desfiladero del Cares, por lo que solo ha avanzado hacia Caín, dejando a salvo el resto del concejo.

La afección a los negocios de Cabrales está siendo enorme. «No hay gente. Tanto así que cerré por la tarde», indicó ayer Francisco García, «Paco», propietario del hotel restaurante La Garganta del Cares. Todo ello, además, «en el mejor puente del año», comentó resignado el empresario. En Poncebos se veía en la zona de Amuesa niebla, y en la de Caín humo. El aire estaba bastante limpio, algo que no ocurre en lugares mucho más alejados del fuego, como el concejo de Llanes, donde se ven restos de hollín y hay personas que sufren irritaciones de garganta.

«Arde todo sin control»

También las están sufriendo los dos guardas y los dos empleados que permanecen en el refugio de la vega de Urriellu. Uno de los primeros, Tomás Fernández, criticaba los «medios paupérrimos» de Castilla y León para luchar contra los incendios forestales por los recortes aplicados por el Gobierno autonómico por exigencia de Vox. Esto, unido al abandono de los montes y al cambio climático, provoca «que esté ardiendo todo sin control«, destacó Fernández.

Otro incendio también preocupa en Asturias, aunque de momento solo afecta a territorio cántabro. Es el originado en Bejes, que lleva cuatro días avanzando lentamente hacía el Oeste y que, si no se detiene, podría acabar afectando al concejo de Peñamellera Baja, por la zona de San Esteban de Cuñaba, tal y como indicó ayer el alcalde del concejo, José Manuel Fernández.

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