Fue la gota que colmó el vaso de la tragedia. Como Somiedo tenía pocos problemas con los incendios que asuelan desde hace días su impresionante patrimonio natural, una acción fortuita o uno o varios desalmados agravaron la situación en la mañana de ayer, provocando tres fuegos en la subida al puerto. Así: uno tras otro, en cadena, según denunció el alcalde somedano, Belarmino Fernández. Uno de ellos afectó a dos poblaciones, Gúa y Caunedo, que durante varias horas temieron que sus casas, sus enseres y sus ganados pudieran ser pasto de unas llamas que llegaban a pocas decenas de metros. A última hora del día, la gran concentración de recursos humanos y técnicos consiguió mitigar el peligro, sin llegar a erradicarlo.
Un hórreo en Gúa y, al fondo, el helicóptero lanzando su carga para apagar el fuego. / MIKI LÓPEZ
Sobre las tres de la tarde, tres camiones de bomberos y un tractor con una cuba vigilaban el fuego desde Caunedo. El regidor Belarmino Fernández, no encontraba palabras para expresar su indignación: «Ha sido un acto de terrorismo medioambiental, algo increíble, intencionado cien por cien, una desgracia total. Pedimos colaboración ciudadana. Todo lo hizo la misma gente, en diez minutos y en una distancia de tres o cuatro kilómetros. Esperemos que cojan al responsable, esto no puede quedar impune».
De inmediato, la Guardia Civil se puso a buscar a los responsables. Y también hubo de cortar la carretera que serpentea por el puerto somedano porque el humo y el desprendimiento de piedras hacía que la circulación resultara muy peligrosa.
El triple fuego de Somiedo vino a dar la puntilla a un panorama dantesco de incendios en Asturias. El consejero de Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias, Alejandro Calvo, efectuó ayer una valoración de daños global: «Unas 4.000 hectáreas»· del Principado calcinadas, de occidente a oriente. Es una superficie cercana a la del municipio de Corvera de Asturias (4.600 hectáreas)
Ayer, el sol apenas pudo atravesar la cortina de humo en buena parte de Asturias y del norte de León. A última hora del día, permanecían bajo control en el Principado 14 incendios forestales: 7 activos, 4 que se consideraban controlados y 3 estabilizados o en revisión. Los equipos de extinción apuraban los últimos momentos de luz con todos los medios disponibles, incluidos bomberos venidos de Castilla-La Mancha. «Donde trabajamos con más intensidad es en el suroccidente y en los dos frentes que entraron por León: Degaña y Somiedo», indicó el consejero Calvo.
Un factor de alivio, por la tarde, fue un cambio en la dirección del viento que provocó que «el fuego se esté conteniendo». A las autoridades les preocupa el «cansancio» de los equipos, después de tantos días de pelea denodada. Sin embargo, se espera que la lluvia, ausente desde hace tiempo, eche un cable. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) pronostica para hoy en Asturias un descenso de las temperaturas y, además, «lluvias débiles, que pueden ser persistentes en el interior». Eso sería agua de mayo en pleno ferragosto.
Sobre los nuevos incendios de Somiedo, Alejandro Calvo indicó: «Ha habido una acción humana, se está investigando y si hay intencionalidad tendrá que caer el peso de la ley». En ese balance postrero de la jornada, el titular de Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias valoró que ningún núcleo de población se halla seriamente amenazado. Y precisó: «Lo que hemos planteado son evacuaciones preventivas para ayudar a personas vulnerables, si lo necesitan, para evitar el estrés del incendio».
Estas palabras del máximo responsable autonómico en la lucha contra los incendios significaban que los fuegos provocados de Somiedo amenazaban por la noche menos que por la tarde. Uno de ellos, a la salida de Pola camino del puerto, pudo ser apagado con celeridad gracias a que «el aviso fue inminente», explicó el Alcalde; otro afectó a la margen izquierda de la subida, en la zona de La Llamardal; y el tercero, el más peligroso, incidió sobre dos aldeas: Gúa y Caunedo.
Una vista del frente del fuego desde la carretera. / Miki López
A primera hora de la tarde, el punto de observación de fauna ubicado en Caunedo era un lugar de vigilancia del fuego. María Elena Ménguez Costalago lleva 41 años viviendo en el pueblo somedano : «Es mucha tensión. El fuego está muy cerca del pueblo. Lo estamos pasando fatal, también por el ganado que tenemos en la braña», indicó a este periódico.
Gerardo Salmerón, natural de Aranjuez, y su familia compraron casa en Caunedo hace siete años: «Nos asustamos bastante. Esperamos que los bomberos hagan su trabajo y nosotros vamos a colaborar en lo que podamos. Impresiona ver y oír cómo el fuego devora el bosque».
En Gúa estaba Lucas Rodríguez Llordén, afincado desde hace muchos años en Asturias pero nacido muy cerca de Molezuelas de la Carballeda, localidad en la que se originó el gran fuego que asuela Zamora. Anoche, comentaba a LA NUEVA ESPAÑA: «Ahora parece que la situación de Gúa está más controlada, pero nos hemos llevado un susto considerable».
En efecto, poco antes de las 18.00 horas, apareció un helicóptero. Y más bomberos se sumaron a los de Pravia y Grado que llevaban horas protegiendo el pueblo. De esta manera, parecía entrar en fase de control un fuego que durante el día de ayer aumentó la angustia del ya muy castigado concejo de Somiedo, también amenazado en su joya ecológica de La Pornacal y en la localidad de Villar de Vildas.