Donald Trump lo bautizó como el ‘Día de la Liberación‘. Fue el 2 de abril de 2025 cuando el presidente de Estados Unidos enseñó ufano una tabla llena de aranceles a las importaciones de medio planeta. Detonaba así una guerra comercial que buscaba forzar a los países a negociar unas nuevas reglas del juego comercial más favorables para EEUU. El plazo expiraba este 1 de agosto. Tras cuatro meses de idas, venidas, amenazas y ultimátums, Washington solo ha firmado nueve pactos comerciales bilaterales, aunque algunos siguen pendientes de concreción. Pero economías de peso como India, Canadá, Brasil o México no han sellado acuerdos y quedan expuestas a altos gravámenes. Y con otro gigante, China, las negociaciones siguen abiertas.
Para no perderse con tantas idas y venidas, repasamos los principales aranceles que entran en vigor este viernes.
El acuerdo más importante que ha cerrado Trump, por el volumen del intercambio comercial que representa, es el alcanzado con la Unión Europea. La mayoría de las exportaciones europeas estarán gravadas con unos aranceles del 15% y se contempla la exención de aranceles para determinados productos, pero ambas partes aún no han acordado la lista de productos que serán gravados en primer lugar y las excepciones. La UE se compromete a comprar energía de Estados Unidos por valor de 750.000 millones de dólares, a invertir 600.000 millones de dólares en el país y a incrementar la compra de material militar estadounidense. Trump había amenazado inicialmente con un arancel unilateral del 20% que luegó elevó al 30%.
El pacto entre Washington y Londres establece la reducción de los aranceles sobre los automóviles británicos del 25% al 10% (hasta 100.000 vehículos al año); la eliminación de las tasas al acero y al aluminio; permisos recíprocos para la exportación de carne de res y productos agrícolas, y la reducción y simplificación de barreras no arancelarias y trámites aduaneros.
Aunque llegaron a amenazarse con aranceles de hasta el 145%, Estados Unidos y China llegaron a un principio de acuerdo que todavía debe concretarse. Ese pacto pasa por aranceles del 55% para la exportación de determinados productos chinos a EEUU, pero facilita la exportación de tierras raras de China, elimina medidas de represalia mutua y relaja controles para el acceso de productos chinos al mercado estadounidense. En cualquier caso, todo sigue en el aire y el último plazo vigente vence el 12 de agosto.
Japón aceptó un arancel del 15% sobre todas sus exportaciones a Estados Unidos frente al 25% con el que había amenazado Trump, al tiempo que se comprometió a invertir 550.000 millones de dólares en EEUU y a abrir su mercado en sectores como automóviles, camiones, arroz y productos agrícolas.
La tarifa de las exportaciones vietnamitas a EEUU aumenta al 20 %, con una tasa del 40% a aquellos productos de los que se sospeche que puedan proceder de China. La amenaza previa de Trump era situar los aranceles en el 46%.
Estados Unidos impone un arancel del 19% a los productos filipinos, un punto menos que el 20% con el que había amenazado, a cambio de que los productos estadounidenses queden exentos de aranceles al entrar en Filipinas.
El acuerdo de Trump con Indonesia fija aranceles del 19% para las exportaciones a EEUU e incluye compromisos de compra de aeronaves, productos agrícolas y energéticos norteamericanos por parte de Indonesia.
Washington y Seúl pactaron aranceles del 15% a los productos coreanos, mientras que los de Estados Unidos quedan exentos para su entrada en el país asiático. A su vez, Corea del Sur se compromete a invertir 350.000 millones de dólares en Estados Unidos y a adquirir 100.000 millones en productos energéticos.
El acuerdo comercial de EEUU y Pakistán incluye la rebaja de aranceles recíprocos, pero sin precisar la cuantía, y permitirá a Washington colaborar con Islamabad en la gestión de «las enormes reservas de petróleo» de Pakistán.
Taiwán asegura haber alcanzado «cierto consenso» con EEUU sobre temas como aranceles, barreras comerciales no arancelarias y «resiliencia de las cadenas de suministro», pero no ha aclarado cuándo se conocerán las nuevas tasas. La amenaza inicial de Trump era de un 32%, que Taiwán aspiraba a rebajar hasta el 15%, abriéndose además a aumentar la compra de bienes estadounidenses y las inversiones allí.
Trump ha amenazado aranceles del 25% a los productos de la India por las relaciones de ese país con Rusia, de cuyo petróleo es su principal cliente. La tarifa afectaría a importaciones indias clave del que es su primer socio comercial, como acero, aluminio, componentes farmacéuticos y textiles. El órdago ha puesto en jaque la relación estratégica entre Washington y Nueva Delhi, diseñada para hacer contrapeso a China en Asia. Por lo que pueda pasar, la India ha acelerado su apertura a otros mercados con el histórico tratado de libre comercio sellado con Reino Unido.
El pulso arancelario más agrio lo mantiene Trump con Brasil. Ha amenazado a Lula con un arancel del 50% desde el 6 de agosto con el argumento de una «caza de brujas» contra el expresidente Jair Bolsonaro, aliado suyo. Lula advirtió de que aplicará la misma tarifa recíproca a EEUU si el ultimátum se consuma.
EEUU y México acaban de pactar una nueva prórroga de 90 días en la aplicación de la mayoría de aranceles, lo que significa que, durante los próximos tres meses, México seguirá pagando tarifas del 25% por el fentanilo y los automóviles y del 50% al acero, el aluminio y el cobre.
Las negociaciones también siguen en marcha con Canadá, país al que Trump quiere imponer aranceles del 35% a las exportaciones no sujetas al tratado de libre comercio.
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