En Los Telares, Santiago del Estero, el sábado terminó con patrullas recorriendo el campo y el domingo con un reencuentro inesperado, vasos en mano y música de fondo. José Alberto Cejas, de 56 años, fue dado por desaparecido por su familia, pero estaba celebrando un cumpleaños en un paraje rural sin señal ni cargador.
Todo comenzó cuando Antonia Cejas, su hermana —enfermera y residente en La Banda—, intentó comunicarse durante horas sin éxito. Alarmada, se acercó a la comisaría de Los Telares y denunció que su hermano no respondía el celular y temía lo peor.
La Policía local activó la búsqueda. Siguiendo testimonios, pistas y ubicaciones previas, los efectivos llegaron el domingo al paraje Puerta del Monte, a 50 kilómetros del pueblo, hasta la casa de la familia Martínez. Allí, fueron recibidos por Carlos Damián Martínez, quien, con desconcierto, los dejó pasar.
Desde el interior de la casa, apareció el mismísimo José, despeinado, sonriente y con toda la tranquilidad del mundo. Según explicó, había trasladado a unos amigos en su Peugeot 206 y, al llegar al lugar, lo invitaron a quedarse a festejar. Sin pensarlo demasiado, aceptó.
“Se me quedó sin batería el celu y acá no hay señal”, dijo sin dramatismo. Nadie se enojó. La Policía verificó que no tenía lesiones, ni signos de delito, ni necesitaba atención médica. La Fiscalía fue notificada, pero no se iniciaron actuaciones.
La historia, que arrancó con tensión, terminó como anécdota de pueblo: una fiesta improvisada, un teléfono apagado y una familia entera creyendo lo peor. En algunos rincones del país, la falta de señal y la hospitalidad siguen desafiando la urgencia moderna.