Los días que trajeron una sensación “primaveral” al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en medio de los meses invernales, llega a su fin. Ya desde el comienzo de la semana la temperatura fue notablemente más baja que los días anteriores y se espera que los próximos días continúen igual.
El Servicio Meteorológico Nacional anticipa jornadas grises y frescas pare el resto de la semana, con mínimas de 7°C y máximas de 15°C. En ese contexto, la calefacción vuelve a ser protagonista, pero también lo es la pregunta clave: ¿cómo mantener el hogar cálido sin que las facturas de gas y electricidad se disparen?
Desde Naturgy explican que no existe una “temperatura ideal” única para todos los hogares, sino un rango recomendado que permite un equilibrio entre confort y eficiencia energética. La sugerencia general es mantener la calefacción entre 19ºC y 21ºC durante el día, y bajarla a entre 15ºC y 17ºC durante la noche o en momentos en que la vivienda esté deshabitada. Cada grado por debajo de ese rango puede representar hasta un 7% de ahorro en la factura, según estimaciones de especialistas en eficiencia energética.
Por su parte, Metrogas afirma que la temperatura ideal en invierno debería ser de 17/18°C, mientras que en verano de 24°C. “En invierno, cada grado que bajás, ahorras un 10% aproximadamente de energía”, explican desde la entidad.
Un estudio de la Universidad Técnica de Dinamarca señala que la llamada “temperatura neutra” (aquella en la que no se siente ni frío ni calor) ronda los 20°C, siempre considerando a una persona en reposo y abrigada. Sin embargo, no todos los hogares ni sus habitantes son iguales. La cantidad de personas, el tipo de construcción y el aislamiento térmico son factores determinantes para saber cuántos grados necesita un espacio para alcanzar esa sensación de bienestar.
De hecho, las personas también calientan el ambiente: cuanto más habitada esté una casa, más rápido se conserva la temperatura deseada.
¿Todos los ambientes deben tener la misma temperatura? No. Según Naturgy, una de las claves para ahorrar sin resignar confort es ajustar la calefacción según el uso de cada ambiente:
Para regular la temperatura por habitación, es recomendable instalar válvulas termostáticas en los radiadores. Es una inversión mínima que mejora notablemente la eficiencia energética.
¿Y si no hay nadie en casa?
Dejar la calefacción encendida todo el día puede parecer tentador para llegar a casa “calentita”, pero es poco eficiente. La mejor opción, según los expertos, es reducir el termostato a 15°C o 17°C cuando la vivienda está vacía o durante la noche. Para mayor comodidad y ahorro, se puede usar un termostato programable, que permite ajustar la temperatura automáticamente según el horario y la rutina de los habitantes.
Además del confort térmico, la temperatura influye en la salud. Los bebés y adultos mayores, por ejemplo, tienen menor capacidad para regular su temperatura corporal y necesitan entornos más caldeados: se recomienda mantener sus habitaciones a unos 22°C durante el día y 18°C a 20°C durante la noche. Pero cuidado con el exceso: el calor elevado también puede provocar dolores de cabeza, sequedad en la piel, problemas respiratorios, mal descanso e incluso mayor proliferación de virus y bacterias.
Por último, el correcto mantenimiento del sistema de calefacción es fundamental. Para evitar un gasto excesivo de energía, los especialistas aconsejan revisar periódicamente el estado del sistema, limpiar o cambiar filtros, y asegurarse de que no haya obstrucciones en los conductos.