Sandman o el día que murió la magia

Compartir:

Sandman estaba destinada a ser una de las mejores adaptaciones de un cómic a la pantalla. Y no de un cómic cualquiera, sino de una de las obras cumbre del noveno arte de los años 90. Tras arrasar con la primera temporada hace tres veranos, Netflix acaba de ofrecernos casi de tapadillo la primera tanda de lo que va a ser la segunda y última temporada de la serie. Una superproducción en fase de liquidación y a precios de saldo de la que pretenden deshacerse como si apestara. El motivo de la caída en desgracia de Sandman ha sido la implicación de su autor en varios casos de abusos sexuales que habrían sufrido algunas de sus empleadas, especialmente de la que fue su niñera, aunque hay más víctimas. Unas denuncias muy feas contra Neil Gaiman que, aunque aún están en fase de investigación y sin sentencia, parecen haber truncado el salto que el guionista y escritor planeaba dar desde el papel a la industria audiovisual. Antes del estreno de la segunda temporada, Netflix ya anunció que la serie estaba cancelada, aunque precisaba que el motivo eran las audiencias y no las denuncias. Lo cierto es que las denuncias se conocieron en plena fase de producción de la segunda temporada y lo que pasaba en la realidad, de alguna manera sí parece haberse trasladado a la pantalla.

En los últimos escándalos sexuales protagonizados por estrellas de Hollywood, hemos visto cómo una de las soluciones más drásticas con las que los estudios han querido cortar por lo sano ha sido el despido fulminante del actor denunciado. Una decisión que se ha llevado a tomar aunque estaban en juego proyectos en los que se habían invertido millones de dólares. Entre los casos más recientes está el de Jonathan Majors, que iba a ser el nuevo gran villano de la saga de Los Vengadores, hasta que fue condenado por violencia de género. O Kevin Spacey, de cuyo personaje se prescindió en la temporada final de House of Cards y también fue borrado digitalmente en la película Todo el dinero del mundo con el filme ya terminado para ser reemplazado por Cristopher Plummer. La manera de afrontar la tormenta era la de cambiar de actor y seguir adelante con el proyecto. Sin embargo, en Sandman el problema es que no era cuestión de cambiar a un guionista por otro, ya que es una obra nacida de la fértil imaginación de Neil Gaiman y sus historias tienen un sello tan personal, que le hacen insustituible. Se da la circunstancia de que, a diferencia de otras adaptaciones de cómics, Gaiman no se había limitado a cobrar el cheque por los derechos de su obra, sino que se había implicado personalmente en sacar el proyecto adelante. Aunque ya desde la primera temporada se contaba con las solventes plumas de David S. Goyer y Allan Heimberg para llevar del papel al celuloide los guiones del autor.

Sandman nos lleva a un mundo onírico donde viven los dioses y que están representados de la manera en que los reflejaba la mitología clásica. Incluso algunas de las tramas tienen connotaciones de tragedia griega. El protagonista es Morfeo, uno de los eternos que regresa a su trono de Señor de los Sueños tras haber pasado centenares de años encerrado. En los episodios de la serie, va viendo cómo ha cambiado el mundo en su ausencia. El Deseo, la Muerte, la Desesperación o el Delirio están representados como seres humanos que interactúan unos con otros, incluso con dioses procedentes de otros panteones religiosos, y que tienen exactamente las mismas pasiones que los humanos. Hay momentos de gran belleza y cargados de simbolismo cuando les vemos interactuar. Las mejores escenas son aquellas en las que la Muerte viene a recoger a un mortal que descubre que no ha sobrevivido a esa situación tan crítica que acaba de sufrir. Entre las tramas más destacadas de esta segunda temporada está cuando Lucifer (interpretado por Gwendoline Christie) se harta de estar al frente del infierno, coge sus bártulos y se marcha. Las andanzas de Lucifer fuera del infierno y relacionándose con los mortales ya fueron narradas con Gaiman en otro cómic y que también tuvo su adaptación televisiva: Lucifer, aunque en aquella ocasión interpretada por Tom Ellis. Está disponible al completo en Netflix y, aunque dicen que mejora, yo no pude pasar en su día de la primera temporada, porque no entendía muy bien la gracia de ver al señor del inframundo haciendo de un Castle sobrenatural, el escritor de novelas de misterio metido a detective interpretado por Nathan Fillion. Sin embargo, es inevitable que se acaben viendo en los guiones elementos de la vida personal de Gaiman, incluso sin buscarlos. Hay escenas que se hacen incómodas cuando los dioses aparecen hablando de castigar a algún mortal por sus depravaciones sexuales.

Con todos los años que los protagonistas acaparan gracias a su inmortalidad, nos encontramos con episodios que tienen la estructura de cajas chinas, donde cada una alberga una sorpresa en su interior con relatos del pasado que aportan contexto a la trama y nos ayudan a entender a los personajes. Por eso tenemos episodios muy densos y ricos que se habrían beneficiado de la emisión clásica de un episodio a la semana, en lugar de ofrecerlos todos de golpe. Paradójicamente esta temporada final no llega troceada, pero sin que vayamos a tener que esperar demasiado entre un momento y otro. La primera tanda de episodios se estrenó la semana pasada y la otra mitad, con los que se despedirá la serie, llegará la semana que viene. En el camino, parece que se ha querido pisar el acelerador para acabar cuanto antes.

Aunque al margen de los escándalos sexuales de Gaiman, ha habido otra razón de peso que también haya podido influir en la caída en desgracia de la serie: el hecho de que los derechos están en manos de Warner, empresa de la competencia y propietaria de HBO para más señas. Los ejecutivos ya quisieron apretar las tuercas de Netflix cuando se sentaron a negociar la segunda temporada y estuvieron a punto de no llegar a acuerdo alguno. Así que Sandman no se había convertido en un título cómodo para Netflix. La segunda temporada venía ya sentenciada de muerte antes de su estreno y eso ha hecho que, pese a haberse colocado durante unos pocos días como el título más visto de la plataforma, las audiencias se han hundido en picado. A pesar de tratarse de una excelente adaptación, estos episodios parecían abocados a un destino inexorable como el de sus personajes. Queda la duda de si con el tiempo, la serie tendrá el reconocimiento que merece.

También puede interesarte

Se mantuvo la desaceleración de precios de alimentos en la tercera semana de julio

El precio de los alimentos y bebidas aumentó 0,1% en la tercera semana de...

El italiano Guido Pini logra su primera ‘pole position’ con récord absoluto incluido

El italiano Guido Pini (KTM) ha logrado la primera 'pole position' de su carrera deportiva al ser el...

La Cámara de Comercio de Misiones advierte el combo explosivo que enfrentan

La economía en Misiones vuelve a encender luces de alerta. El comercio provincial sufre una caída persistente...

Arranca la caza de talentos: buscan bandas de chicos para el Cosquín Rock

La Agencia Córdoba Cultura y En Vivo Producciones S.A. abrieron la inscripción para la...