Después de más de doce años de estadios divididos, el fútbol argentino inicia una nueva era. Desde el predio Lionel Andrés Messi en Ezeiza, el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, confirmó una medida largamente esperada por muchos: el regreso gradual del público visitante a las canchas.
La presentación contó con el respaldo de figuras clave, como el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, y los dirigentes Nicolás Russo (Lanús) y Gonzalo Belloso (Rosario Central). Tapia remarcó que esta decisión no será impuesta, sino optativa: “Los clubes que estén en condiciones y quieran hacerlo, podrán habilitar el ingreso de hinchas visitantes”.
El anuncio marca un punto de inflexión en el presente del fútbol nacional. “Hoy empieza algo distinto. Es un antes y un después para nuestro deporte”, sostuvo Tapia con convicción. Y explicó que la intención es clara: “Queremos recuperar el espíritu familiar del fútbol. Es lo que nos piden los hinchas y lo que merece nuestra sociedad”.
Como primer paso, el próximo sábado Lanús recibirá a Rosario Central en el estadio Néstor Díaz Pérez con presencia de ambas parcialidades. Se trata de una experiencia piloto que, si resulta exitosa, abrirá las puertas a una práctica que se perdió en los últimos años por motivos de seguridad.
El encuentro contará con 6.500 entradas asignadas a la hinchada visitante, con venta nominal y controles estrictos para garantizar la seguridad. Habrá protocolos especiales y presencia reforzada de las fuerzas del orden.
Desde Lanús, su presidente Nicolás Russo se mostró entusiasmado con esta oportunidad: “Organizar un espectáculo de este tipo es una gran responsabilidad. Que haya público visitante no debería ser una rareza, tiene que ser lo normal”.
Y agregó: “El fútbol argentino se está revalorizando, con jugadores que vuelven y un nivel competitivo alto. Necesitamos tribunas completas, con las dos hinchadas presentes”.
El precio de las entradas para los visitantes será de $23.000, según se informó desde el club granate.
Gonzalo Belloso, en representación de Rosario Central, también celebró la medida. “Estamos felices de ser parte. Como club del interior, estamos acostumbrados a movernos, a acompañar. Queremos poder ir a todas las canchas. Esto tiene que ser una fiesta para todos”, expresó.
Además, subrayó que la cultura del hincha visitante es parte del ADN canalla: “Hace 135 años que nos gusta viajar y alentar”.
Por su parte, el ministro Javier Alonso hizo foco en el aspecto más profundo del desafío: el cambio cultural. “El fútbol no puede estar en manos de violentos. No estamos buscando volver al pasado, sino construir algo nuevo. Hay que erradicar la violencia de raíz”, dijo con firmeza.
Alonso lamentó el contenido de muchos cánticos en las tribunas y planteó la necesidad de recuperar un ambiente sano: “Ver a chicos cantando sobre drogas o asesinatos es alarmante. Queremos recuperar la fiesta, el color, los bombos, las familias”.
Además, fue claro sobre la política de seguridad: “Los que tienen prohibición de ingreso no van a entrar. Habrá controles rigurosos. Vimos a miles de argentinos comportarse de manera ejemplar en torneos internacionales. Tenemos que lograr lo mismo acá”.
El plan contempla una implementación escalonada. Ningún club estará obligado a aceptar visitantes: cada institución podrá evaluar si está en condiciones de garantizar una jornada segura.
La AFA, por su parte, se comprometió a acompañar este proceso con protocolos y monitoreo constante, ajustando los operativos en función de la experiencia adquirida en cada encuentro.
Así, el fútbol argentino se prepara para recuperar una de sus postales más auténticas: estadios divididos en colores, tribunas vibrando con el aliento de ambas hinchadas, y esa tensión única que solo se vive cuando el rival también está en la cancha. La esperanza es clara: que vuelva el fútbol con todos.