Las costas de Cádiz se llenan de bañistas cada verano. La costa de la luz ofrece no solo paisajes naturales espectaculares, sino también una oferta gastronómica envidiable. En este segundo aspecto, el atún de almadraba es uno de los mayores atractivos para visitantes y foráneos.
Sin embargo, desde hace un tiempo, se pueden encontrar imágenes en las orillas de localidades como Zahara de los Atunes, Conil o Tarifa cadáveres de este tipo de peces de gran tamaño. El motivo, señala eldiario.es citando fuentes del movimiento ecologista, en la mayoría de ocasiones se producen por el descarte de la pesca del atún de almadraba.
Es decir, tras algunos de los ejemplares serían descartados por los pescadores tras su captura por un motivo sencillo, señalan los ecologistas: hay un límite de capturas y solo se quedan con los mejores.
Esto mismo recalcan en Tarifa. En una entrevista concedida a LaVozdelSur.es para un reportaje en profundidad sobre la zona, Nacho Trujillo, segundo teniente de alcalde, señala que no dan «abasto» en las playas: «Lo mismo retiramos 60 atunes muertos que cientos de petacas vacías que suministran a las narcolanchas».
Esto no es algo nuevo, lleva años ocurriendo y siempre coincide con la temporada de la almadraba. Eso sí, se ha ido visibilizando aún más en los últimos cinco años.
Quejas ecologistas
Los ecologistas han pedido que se tomen medidas en diversas ocasiones. Los últimos han sido Verdes de Europa-Tarifa, que han presentado una propuesta a la Dirección General de Pesca Sostenible para la creación de una normativa que contemple incorporación de buzos observadores como inspectores en las almadrabas andaluzas.
El objetivo no es otro que controlar la gestión de atunes capturados, enmallados en redes durante la pesca.
Ecologistas en Acción denunció en 2022 que «en las actuales almadrabas, en muchas ocasiones ya no realizan la levantá o la saca de los atunes que han caído en las redes desde un círculo de barcos atuneros. Ahora desde la red de la almadraba son conducidos por buzos a través de otra red en forma de tubo hasta una jaula de engorde donde pueden permanecer meses hasta que engordan y ser vendidos oportunamente. También los buzos los capturan para la venta inmediata».
Sin embargo, esgrimían que, a veces, «en las redes hay accidentes, heridos, temporales y turbideces en el mar, etcétera, que hace que algunos atunes segreguen determinadas toxinas (histaminas), que se hieran o mutilen, hechos que dificulta su venta. A veces, simplemente mueren y otras veces se les hace desaparecer y son enviados al fondo del mar para que no cuenten dentro del cupo de pesca permitido».
«Estos atunes muertos no se cuentan, en efecto, en el cupo de pesca permitido por la Comisión Europea pero son atunes que mueren», señalaban. «Las almadrabas solo presentan los capturados, pero hay otros que por estar heridos, dañados y mutilados no se venden bien y por ello son enviados al fondo del mar; luego, algunos aparecen por las playas».