Tirar comida no es algo que a nadie le guste hacer. Por eso, muchas personas optan por cortar la parte podrida de una fruta con la intención de «salvar» lo que queda. Sin embargo, esta práctica común puede no ser tan inofensiva como parece. Aunque la pudrición es parte de un proceso natural de degradación, también puede traer riesgos serios para la salud.
¿Por qué la fruta podrida puede ser peligrosa?
Presencia de moho y micotoxinas
Cuando una fruta empieza a pudrirse, su superficie se convierte en un ambiente ideal para el crecimiento de hongos. Algunos de estos hongos producen micotoxinas, sustancias tóxicas que no se ven a simple vista pero que pueden resultar muy dañinas. Entre los riesgos más serios se incluyen intoxicaciones, daño hepático o renal y, a largo plazo, enfermedades como el cáncer.
Propagación invisible del deterioro
El moho no solo afecta el punto visible de la fruta: sus esporas se expanden rápidamente, penetrando hacia el interior e incluso contaminando otras frutas cercanas, aunque estas parezcan estar en buen estado.
Disminución del valor nutricional
Además del riesgo sanitario, la fruta en proceso de descomposición va perdiendo vitaminas, minerales y antioxidantes. Es decir, aunque cortes la parte afectada, lo que queda puede ya no tener el mismo aporte nutricional.
¿Qué hacer con las frutas en mal estado?
1. Desechala si está muy afectada
Si la fruta presenta una zona podrida importante, lo más recomendable es descartarla. Es la forma más segura de evitar riesgos innecesarios.
2. Cortar con precaución (si es poca la parte dañada)
En frutas de consistencia firme (como manzanas o peras), se puede eliminar la parte afectada cortando generosamente a su alrededor —dejando al menos 2 cm de margen sano—. Sin embargo, si hay moho visible, lo mejor es no consumirla.
3. Mayor cuidado en grupos de riesgo
Niños pequeños, personas embarazadas, adultos mayores, personas inmunocomprometidas o con alergias deben evitar completamente el consumo de frutas deterioradas, incluso si se trata de una pequeña área.
4. Buena conservación y limpieza
Para evitar la aparición de podredumbre:
- Conservá las frutas en condiciones adecuadas de temperatura y humedad.
- No guardes frutas golpeadas junto a otras en buen estado.
- Lavá siempre las frutas antes de consumirlas, aunque no presenten signos visibles de deterioro.
En resumen
Aunque cortar la parte podrida de una fruta puede parecer una solución práctica para reducir el desperdicio, esta acción puede exponer a riesgos invisibles pero significativos para la salud. Las micotoxinas y el moho no siempre se limitan a la zona visible, y su consumo puede tener consecuencias graves.
La mejor decisión es prevenir: desechá la fruta en mal estado y priorizá siempre una alimentación segura y saludable.