04/07/2025 13:03hs.
«Hoy me toca escribir unas líneas que jamás imaginé tener que escribir tan pronto. Con el corazón en la mano y muchas emociones cruzadas…». A sus 17 años, cuando la mayoría de los chicos de su edad preparan exámenes y trabajos prácticos antes de las vacaciones de invierno, Franco Mastantuono agarró el teclado para publicar el texto más difícil, una carta de despedida con los sentimientos a flor de piel. En poco más de un mes, se vestirá de blanco para vivir «una oportunidad única» en el Real Madrid, pero para eso debió tomar la decisión de dejar River, el club en el que creció, que fue su casa, su familia, al que ya extraña y al que también sabe que va a volver en un futuro lejano porque «no es un adiós, es un hasta pronto».
Mientras en Núñez sólo se hablaba de Maxi Salas, del fuego cruzado entre River y Racing y de un posible tercer ciclo de Juanfer Quintero en el CARP, el posteo del #30 en su cuenta de Instagram, minutos antes de las 13:00 de este viernes, revolucionó las redes. Con más de 320 mil likes en la primera hora, que pesan más que los comentarios de los hinchas dolidos que aún le reclaman su salida, el pibe de Azul explicó con la madurez que lo distingue que está por dar un gran paso en su carrera, esos desafíos que «se presentan una sola vez en la vida, y que cualquier pibe que sueña con jugar a la pelota anhela desde chico».
Mientras disfruta de unos días de descanso antes de comenzar a entrenarse con un PF supervisado por la Casa Blanca, a la que se sumará el 15 de agosto con los 18 años ya cumplidos, FM sintonizó con el pasado para revivir con fotos lo que ya quedó grabado en su corazón, «cada entrenamiento, cada tarde en el Monumental, cada consejo de un profe y cada abrazo de un compañero».
Mastantuono en su último partido en River frente a Inter. REUTERS
Agradecido con los hinchas «por el cariño incondicional», con el club «por formarme», con sus compañeros «por compartir la pasión» y con su familia «por estar siempre», Mastan aguarda por ponerse bajo las órdenes de Xabi Alonso, ese entrenador que lo sedujo con sus palabras y lo convenció de realizar una rescisión unilateral con pago en cuotas que le dejará a River 45M de euros netos. Y para adaptarse a ese gigante mundial, aplicará lo que le enseñaron en Núñez, «que los sueños se persiguen con humildad, esfuerzo y amor por la camiseta».
Si de amor se trata, la banda roja qu defendió durante 64 partidos siempre será la primera en su placard. Por eso, después de las lágrimas en el Lumen Field tras el 0-1 frente a Inter, dejó en claro que «mi sueño de ganar cosas con River no desapareció. No se fue. Solo cambió el orden». Le toca irse para seguir creciendo, tal como lo analizó Gallardo. Pero en su interior, el deseo seguirá intacto, más fuerte que nunca. Sabe que el día de mañana volverá a casa, «porque los sueños que se sienten con el alma no tienen fecha de vencimiento…».
La carta completa de despedida de Mastantuono de River
Hoy me toca escribir unas líneas que jamás imaginé tener que escribir tan pronto. Con el corazón en la mano y muchas emociones cruzadas, quiero contarles que me toca dar un paso muy importante en mi carrera: se abre una nueva etapa, en otro club, en otro lugar, con nuevos desafíos. Es una oportunidad única, de esas que se presentan una sola vez en la vida, y que cualquier pibe que sueña con jugar a la pelota anhela desde chico.
Pero antes de mirar hacia adelante, necesito hablarles de lo que dejo atrás. River no es solo el club donde crecí como jugador. Es mi casa, mi familia, el lugar donde aprendí lo que significa ponerse esta camiseta con orgullo, con respeto, con hambre de gloria. Cada entrenamiento en el predio, cada tarde en el Monumental, cada consejo de un profe, cada abrazo de un compañero, quedan grabados para siempre en mi historia y en mi corazón.
Franco Mastantuono –
El llanto de Franco Mastantuono tras su último partido en River
Video: @MatiasjCabezas
Me voy lleno de agradecimiento. A los hinchas, por el cariño incondicional. A toda la gente del club por formarme. A mis compañeros, por compartir esta pasión. Y a mi familia, por estar siempre. River me enseñó que los sueños se persiguen con humildad, esfuerzo y amor por la camiseta.
Y sí, hay algo que quiero que quede muy claro: mi sueño de ganar cosas con River no desapareció. No se fue. Solo cambió el orden. Hoy me toca salir, crecer, vivir nuevas experiencias y aprender. Pero el deseo sigue intacto, más fuerte que nunca. Yo sé que va a pasar. Porque los sueños que se sienten con el alma no tienen fecha de vencimiento.
Gracias, River, por todo. No es un adiós, es un hasta pronto.