Convertido en uno de los tantos generadores de contenido para la plataforma YouTube desde marzo de este año, Marcelo Longobardi hoy ve su futuro muy lejos de los estudios de radio y televisión donde forjó toda su carrera. “Siento nostalgias de lo que eran los medios tradicionales, no de lo que son en la actualidad”, asegura.
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Durante varias décadas, el exitoso periodista fue conductor líder de la primera mañana de distintas radios porteñas y tuvo algunas incursiones en la televisión, pero desde fines de 2024 se mantiene fuera de ese mundo que lo vio crecer profesionalmente, tras su despido de Radio Rivadavia, de Buenos Aires.
En su reciente paso por Córdoba, para participar del Congreso Fopea 2025 desarrollado en el campus de la Universidad Blas Pascal, trazó un panorama sombrío sobre la actualidad del periodismo, que por estos tiempos busca reinventarse a través de distintos formatos y espacios de internet.
“Extraño algo que no existe más o que está en vías de extinción, que es el periodismo hecho de verdad en la radio y en la televisión; de lo que hay ahora se podría decir que extraño poco, o más bien nada”, dispara filoso Longobardi cuando se le consulta sobre una página de su vida que parece haber dado vuelta decididamente para iniciar una nueva etapa en su carrera, que a los 64 años transita con el mismo entusiasmo de un periodista novato. En diálogo con La Voz, el periodista relató su experiencia en el ecosistema de internet.
–¿Cómo vive Longobardi el proceso de adaptación a la plataforma YouTube?
–Con total naturalidad, me adapté rápidamente. Cuando todavía estaba en la radio, el año pasado, inicié una etapa de aprendizaje con algunas pruebas que fueron subidas a la plataforma. A comienzos de este año, formé un equipo de ocho personas, hicimos una inversión y montamos un canal con el que me siento muy cómodo y libre. Siento que no podría volver a depender de un jefe, como cuando estaba en los medios tradicionales.
YouTube se ha revelado como una posibilidad de subsistencia para muchos periodistas y algunos de ellos dicen incluso que se puede vivir muy bien con la generación de contenidos en esa plataforma. Pero eso parece más sencillo para los periodistas que son una marca registrada, como Longobardi.
Aquellos que no traen en sus espaldas audiencias masivas de medios importantes ¿pueden alcanzar esos objetivos en un plazo prudencial? “Bajo la suposición de que yo soy una marca registrada, aun así es muy difícil”, contesta.
“Básicamente porque los sponsors privados no son lo que eran hace 20 años y la monetización de YouTube no es tan importante en Argentina como lo es, por ejemplo, en Estados Unidos. De todas maneras, es una apuesta de mediano plazo, es una maratón larga», completa Longobardi.
–Tal como se plantean las cosas hoy en los soportes tradicionales, ¿se podría decir que el futuro del periodismo definitivamente está en formatos de streaming como el que usted eligió?
–No sé si es así para todo el mundo. Depende de los casos. Los grandes diarios argentinos tienen periodistas y conservan su calidad, pese a todo, mientras que los canales de noticias, aunque se han vuelto un horror, tienen honrosas excepciones, como las de Carlos Pagni, Joaquín Morales Solá y no muchos más que aún hacen buen periodismo en ese medio. En mi caso, tengo una tendencia bastante disruptiva y un poco rebelde, hoy me costaría mucho adaptarme a un canal de noticias o a radios donde todos hablan a la vez y se perdió la tradición de escuchar al otro.
En 2017, Longobardi había apostado fuerte a coronar su carrera en Estados Unidos, donde trabajó durante seis años para CNN con su propio programa de entrevistas, En diálogo con Marcelo Longobardi. “Yo había idealizado demasiado el hecho de trabajar en un gran medio estadounidense, para mí fue una tremenda decepción”, confiesa ahora, al puntualizar los cambios que se produjeron en la cadena en la que desarrollaba su espacio y de la que salió abruptamente en 2023.
“Los medios periodísticos norteamericanos han caído en manos de personas que tienen tanta vocación por el periodismo como yo por el béisbol”, sentencia.
Tras haber visto desde adentro el funcionamiento de los medios de Estados Unidos, la conclusión a la que arriba Longobardi es que el panorama se ha vuelto muy hostil para el periodismo en aquellas grandes cadenas, que se han convertido en una máquina de expulsar importantes figuras como Patricia Janiot o Jaime Bayly, entre otros.
Ahora radicado nuevamente en Tigre, toma nota de la exitosa experiencia que también han encarado en YouTube esos colegas internacionales para tratar de replicar ese nuevo modelo periodístico desde Argentina.
En principio, los datos que recibió de Google Research en la segunda semana de junio, a solo tres meses de su debut en la plataforma de streaming, sorprendieron a Longobardi y a su equipo: en ese período, el canal logró superar un millón de vistas, particularmente con algunas entrevistas que se publicaron.
En un miniestudio que funciona en su propia casa, donde incorporó equipos profesionales de alta calidad, el periodista se sienta religiosamente a las 7 de la mañana frente a cámaras manejadas en forma remota, para hacer su transmisión diaria en vivo, de lunes a viernes.
El contenido que produce consiste en un resumen de noticias, como hacía en los programas de radio que condujo en el pasado, aunque sin limitaciones de tiempo. Luego vienen entregas especiales y entrevistas a lo largo de cada jornada.
Longobardi ya no necesita recorrer varios kilómetros diarios para llegar hasta los estudios de una radio con el fin de ejercer su vocación: solo tiene que traspasar una puerta y, desde un ambiente hogareño donde se luce una biblioteca con algunos efectos personales, encara su rutina periodística. Aunque asegura que este proyecto aún no genera ganancias, no se cansa de repetir esta frase: “Me siento libre”.