Durante esta semana se registraron varias novedades relevantes en torno a las reservas internacionales brutas del Banco Central. En primer lugar, se confirmó que el Fondo Monetario Internacional había pospuesto la revisión trimestral originalmente prevista para el viernes 13 de junio, reprogramándola inicialmente para el 31 de julio. Sin embargo, el miércoles 11 a última hora, el propio FMI comunicó que la revisión se adelantará al 30 de junio, es decir, 30 días antes de lo previsto.
En ese mismo comunicado, también confirmó que no habrá nuevos desembolsos para la Argentina debido a la necesidad de otorgar un triple waiver (perdón) por tres incumplimientos: no haber alcanzado la meta de acumulación de reservas, haber intervenido en los mercados cambiarios (dólar MEP, contado con liquidación y futuros), y continuar con la emisión de BOPREALES, a pesar de que el organismo había solicitado desde hace meses que se detuviera esa práctica. Ante este escenario, la única opción que le quedaría al Ministerio de Economía sería renegociar el acuerdo original, como ya se hizo en agosto de 2018.
La segunda novedad fue que, en paralelo a esta comunicación del FMI, el Gobierno decidió cerrar un acuerdo de REPO con bancos internacionales por USD 2.000 millones y, al mismo tiempo, lanzar una serie de licitaciones mensuales de BONTE por USD 1.000 millones cada una hasta diciembre, en condiciones similares a las de emisiones anteriores. La primera colocación está prevista para la semana corta del 17 al 19 de junio.
La tercera novedad llegó el viernes 13, cuando se oficializó el cierre del REPO y se incorporaron los USD 2.000 millones a las reservas internacionales; sin embargo, ese mismo día también se registró una pérdida de USD 161 millones, por lo que el ingreso neto fue de solo USD 1.839 millones. Como agravante, Estados Unidos envió una queja formal al Gobierno argentino por haber incluido en el REPO a dos bancos chinos, lo cual generó tensiones diplomáticas.
Como consecuencia de este panorama, el mercado reaccionó con escepticismo y el viernes fue una jornada sombría, no por el clima sino porque subieron todos los tipos de cambio —excepto el oficial y el blue—, mientras el riesgo país volvió a escalar hasta los 680 puntos básicos, nivel que había descendido a 655 días antes. En síntesis, el fallo judicial contra la presidenta del principal partido opositor terminó torciendo el rumbo financiero del Gobierno: lo que había comenzado con cierto alivio terminó de manera muy negativa, dejando al oficialismo a la defensiva, mientras se aguardan datos de encuestas que midan el impacto político del fallo en los días posteriores.