Carta 1) El carro: movimiento. Desplazamiento. Triunfo. Voluntad. Determinación. Equilibrio. Vencer obstáculos.
Carta 2) La justicia: equidad. Orden. Ley. Verdad. Honestidad. Integridad. Responsabilidad por las consecuencias, tanto positivas, como negativas de los propios actos.
Carta 3) El Ermitaño: aislamiento. Soledad. Introspección. Reflexión. Búsqueda interior.
Mensaje final:
La persona por la que se consulta está atravesando un momento clave. La justicia divina está tocando su puerta y le está haciendo ver las consecuencias de sus actos, tanto las positivas, como las negativas. Junto a la justicia, la carta del ermitaño dice que la persona está en un estado de introspección, buscando respuestas en su interior y se ha aislado para reflexionar. La fuerza de la justicia, prácticamente, la obliga a examinar su vida hasta el momento. Todo está bajo la lupa, lo bueno y lo malo, lo que se hizo bien, con honradez, verdad, e integridad, y lo que se hizo mal, con mentiras, irresponsabilidad, desorden, falta de equidad, etc. Nada escapa a la justicia de Dios y por eso ahora a está persona le toca ver. La imagen del ermitaño iluminando la justicia, señala que este alguien no puede quitar los ojos de ella, lo que podría indicar que la persona ha empezado un camino de autoconocimiento con la guía privilegiada de la justicia. Aún tiene poca claridad, pero si se deja guiar por los valores de la Justicia pronto verá todo con mucha luz y seguirá el camino preparado para ella. Dicen las cartas que ese será el tiempo de moverse, del equilibrio y de ir por sus metas con energía, voluntad y determinación para obtener un triunfo. El triunfo puede ser un logro exterior, pero también puede ser el haber completado un camino de búsqueda interior para integrar en sí misma pensamientos y comportamientos basados en la equidad, el orden, la verdad, la honestidad, la responsabilidad y la integridad. En definitiva, haber triunfado sobre si misma, haber madurado y crecido como ser humano.